Magia en estado puro. Así es como titularía esta entrada de mi blog si no tuviera el esquema preestablecido en este blog.
Desde hace mucho tiempo (puede que desde Kingdom hearts, en la ya lejana PS2), nunca me cautivó tanto un videojuego de rol. Muchas veces he comentado, querido lector, que para que un juego me guste me es indiferente el género, los gráficos, la jugabilidad o lo que fuera: me tiene que enganchar algo desde que el juego empieza, sino, a otra cosa (y si no que se lo digan a Fallout o a Skyrim, que tras tres intentos, cada uno, no he llegado a entrar y he pasado olímpicamente de ellos). Sin embargo, cuando pude jugar a la demo de este videojuego, el cual era alabado por todas las revistas y webs de videojuegos, les entendí. La demo no tenía mucha cosa, tan solo era un combate y algo de exploración, pero ya solo con eso me enamoré.
Era un amor platónico, especial, me atrevería a decir que mágico. Me enamoré de los gráficos cell-shading, me enamoré de la música de Joe Hishashi (reverencia para el maestro), me enamoré de la jugabilidad, me enamoré de la ambientación... Y eso que solo jugué una media hora a la demo. Con solo cinco minutos ya me lo habían vendido.
He de confesar, querido lector, que tardé bastante en dar el paso de comprar el juego. Ya había visto que me gustaría, así que lo atrasé bastante, y cuando decidí que era el momento, me alegré mucho, tal vez demasiado par ami ego, que había acertado con la primera impresión.
Pero, ¿de qué va Ni No kuni: La Ira de la Bruja Blanca? Pues trata de un muchacho, Oliver, que se escapa una noche de su casa para jugar con su amigo; sin embargo, su madre lo ve, y le da un ataque al corazón delante de Oliver, que entra en una gran depresión. Desconsolado, se abraza a un peluche que su madre le hizo cuando era pequeño, ¡y éste cobró vida! El peluche dice ser un duende de "otro mundo" (traducción de "Ni No Kuni"), y le dice a Oliver que, si quiere recuperar a su madre, puede acompañarle allí, pues hay una contraparte de todo ser vivo y, tal vez, la versión de la madre de Oliver que reside en Ni No Kuni, puede ayudar al muchacho a recuperar a su madre.
A grandes rasgos, ese es el principio de la historia, en la que me ha llegado a emocionar en muchos momentos (ver los vídeos iniciales, con la hermosa banda sonora de Hishashi son pura magia). Comentar que este juego une a dos grandes en sus respectivos campos. La historia, la música, el diseño de los personajes, la ambientación y los vídeos salen de Studio Ghibli (creadores de "El Viaje de Chihiro", "La Princesa Mononoke", "Mi vecino Totoro", "Ponyo en el Acantilado"…), mientras que el estudio que produce del juego es Level 5 (creadores de la saga "El Professor Layton", "Inazuma Eleven" o los grandes juegos de rol de PS2 "Dark Cloud" y "Dark Chronicle"). Ya de por si es un gran gancho este.
Durante el juego, iremos creando un pequeño batallón con unas criaturas llamadas Únimos, que nos ayudarán a ir avanzando por el mundo que nos presenta Ni No Kuni, un basto terreno inexplorado que espera a que visites todos sus recovecos. Donde la historia emociona, da giros inesperados, donde los personajes están muy definidos y te hace creer, de nuevo, en las bellas historias hechas videojuego.
Decirte que te lo recomiendo es quedarme corto: ¡HAS DE JUGARLO! Pocos juegos me han llegado al alma (puede que hasta hace un par de años fueran un espacio cerrado, y compartido, por la saga Metal Gear Solid y por Kingdom Hearts, pero ahora, Ni No Kuni ha entrado de lleno, para quedarse en un lugar escondido de mi alma).
Lo que más me ha gustado:
- Quedarme sin mover el mando durante un buen rato para escuchar la FANTÁSTICA banda sonora de Joe Hishashi (compositor de Ghibli), y embelesarme con la canción del Final, cantada por su hija. ¡FÁBULOSA!
- Es un juego redondo en muchos sentidos. Completo, largo, con giros de guión muy buenos, y unos personajes definidos y marcados.
- En parte me ha recordado a Pokémon, pues puedes "enamorar" a los Únimos para que se unan a tu equipo, y así usarlos en combate. Cuando más fuertes sean, podrán evolucionar a nuevas formas, y con más poder y habilidades.
- El Vademécum del Mago es un objeto que quiero coleccionar, de lo perfecto que puede llegar a ser.
- La historia me ha encantado, digna de una película, en serio.
- Acabarlo te llevará bastante rato, y si te gusta perderte por los parajes que presenta el juego, mucho más.
Lo que menos me ha gustado:
- La caza de Únimos me ha resultado lenta y algo tediosa. Si hicieran una secuela, deben mejorar ese aspecto, porqué tienes tantas posibilidades que un Únimo se "enamore" de ti que de capturar a Mew salvaje, sin trucos ni trampas, y con una sola pokéball.
- Tras acabar el juego se abren un gran abanico de misiones y posibilidades, pero a mi me hubiera gustado que las marcaran en el mapamundi, no solo cuando estás en la zona, sino en todos los lugares. Por ejemplo, si estás en Otonia (zona del juego situada en el sureste), puedas ver las misiones activadas que tienes en Las zonas Invernales.
Trailer:
