lunes, 23 de septiembre de 2019

Reseña: "Legend of Zelda, The - Link's Awakening (2019)"


The Legend of Zelda - Link's Awakening (2019)




Título
The Legend of Zelda – Link’s Awakening
Año de lanzamiento
2019
Sistema jugado
Nintendo Switch
Desarrollador
Greezo y Nintendo
Distribuidor
Nintendo
Fecha de finalización
23/09/2019

Trama (Contiene spoilers):

Tras un naufragio, Link despierta en la isla Koholint, un paraíso idílico coronado por un enorme huevo. Tras ser rescatado por Marín, Link debe encontrar ocho instrumentos repartidos a lo largo de toda la isla para eclosionar el Huevo y, así, despertar de su letargo al Pez del Viento, protector y guardián de la isla.
Sin embargo, la isla Koholint está infestada de seres malignos que intentarán, por todos los medios, impedir que el Pez del Viento despierte. Finalmente, tras algunas peripecias, Link descubre que toda la isla Koholint, sus habitantes y todo lo que hay en su interior son parte del sueño del Pez del Viento y, los enemigos a abatir, pesadillas que quieren evitar que todo se esfume al despertar.

Este juego es un remake del título homónimo lanzado en el sistema GameBoy y GameBoy color. 

Valoración personal:

  1. Argumento: 
    • A priori la historia parece sencilla y amable. Una nueva aventura de Link, piensa uno, sin embargo, en su interior, se encuentra una trama subyacente que me ha gustado. Cuando me puse a los mandos del juego, no pensaba en lo especial que sería. Aunque ya sabía, de antemano, que todo Link’s Awakening era un sueño del Pez del Viento, ha sido una experiencia muy buena el sumergirme en ese sueño especial.

      A medida que se va desvelando la verdad de la isla Koholint, comienzas a tener unos sentimientos encontrados hacia la tristeza de ver que ese mundo, con los personajes que te caen bien (sobre todo Marín), desaparecerán si cumples tu misión. Solo las sombras (Pesadillas) conocen el secreto de la isla y, una y otra vez, intentan decirte la verdad, pero Link sigue adelante con la misión que le han dado tanto Marín como el búho que te va guiando por todo el juego. En definitiva, algo muy bonito a la par que triste. 

  2. Gráficos
    • A primera vista, este remake tiene un apartado gráfico infantilizado, más parecido a la marca de juguetes Pinipon, que a otros juegos anteriores de la saga. Sin embargo, a la larga que uno se adentra en la historia de la isla Koholint, se da cuenta que es un apartado artístico necesario, pues todo forma parte de un sueño.
      Los colores son vivos, brillantes y la luz maravillosa, tal y como si todo fuera un mundo de juguete.
      He notado alguna caída en FPS y en la fluidez del juego, pero ha sido una cosa tan puntual que no le he dado más importancia (a pesar de que en reseñas leídas por internet destacaban este punto en su contra —aunque también puede ser que no lo notara demasiado al jugar en modo TV—). 


  3. Jugabilidad:
    • Si hay algo que Nintendo sobresale respecto al resto de compañías es en este apartado. Controlar a Link una tarea nada ardua, los controles suelen responder correctamente (aunque he tenido algunos problemas en alguna ocasión). El movimiento se controla con el joystick izquierda, siendo necesarios para jugar los botones L (para correr), R (usar el escudo), A (usar la espada), +/START (menús), -/SELECT (mapa) y los botones X e Y (asignar objetos para usar durante el juego). 

  4. Música: 
    • La tonada principal de la isla Koholint es el Overworld de la primera entrega de la serie, actualizada a los nuevos tiempos. Además, incluyen voces en los personajes (que no son más que gruñidos, quejidos o, en el caso de Marín, melodías). Ha habido momentos en los que se me ha hecho pesado el tema principal de la serie, pese a que lo disfruto como el que más (pero ha sido también algo puntual).
      Sin embargo, si tengo que destacar algo por encima de los demás y son, como no puede ser diferente en mí, la canción que acompaña a los créditos finales. Una melodía hecha por orquestra y, además, con sonidos del clásico de Gameboy, ya sea en melodías, tonos e, incluso, sonidos. Eso me ha enamorado de sobremanera.



  5. Duración:
    • Si algo le puedo achacar al juego es la duración. Me ha parecido corta, muy corta. En tres días he completado la historia principal (sin matarme demasiado en buscar ni corazones, ni las caracolas, ni completar las figuritas que se esparcen por toda la isla). No deja de ser un traslado del juego original (realizado en portátil), por lo que la duración tiende a ser corta (y más en el sistema original en el que se creó la historia). ¿Estamos ante un calco 1:1 del original? No lo sé, ya que no lo jugué en su tiempo.
      Sin embargo, completarlo al 100% puede llevar muchas más de las que me ha llevado completar la historia principal.
      He jugado en el modo Normal, y me han matado unas 27 veces (algunas por fallas del control, otras por los monstruos finales y, la mayoría, por no defenderme con el escudo); a pesar de ello, lo he encontrado bastante fácil.
      Por otra parte, remarco una ayuda visual que da el juego al acceder al mapa, cosa que hace ver el objetivo al que debes dirigirte. El mapa, suele estar oscuro, pero cuando consigues uno de los instrumentos, una voz (supongo que el Pez del Viento) te dice dónde está el siguiente templo y en el mapa se “ilumina” esa zona para que no te pierdas. Por una parte, está bien hacer eso en un mundo así (no tan basto como imaginaba), pero eso hace que la duración se resienta si vas a completar la historia. Mejor hacer cosas mientras te pierdes buscando tu siguiente objetivo, que saber dónde tienes que ir y te lo marquen al consultar el mapa, creo yo.

  6. Valoración personal:
    • ¿Qué tiene esta saga que enamora tanto? Pocos juegos de Zelda son considerados malos y, en este caso, pese a ser una historia algo menor dentro de la leyenda, posee algo mágico que arrastraron las entregas que le siguieron (de Ocarina of Time en adelante). En mi caso, Zelda es parte de los juegos que más me gustan desde hace años, y me sumerjo en estos lares como pez en el agua, cómo si soñara allí durante los ratos que sujeto el control y muevo a Link por estos mundos. La duración achaca bastante mi opinión, aún habiéndolo exprimido mucho en los tres días que ha estado en mi poder hasta el momento de hacer esta reseña; así como los leves problemas con el control, la música repetitiva en el mundo exterior y la ayuda visual del juego.
      Por ello, le otorgo un…

    • NOTA FINAL: 7,0 / 10

miércoles, 11 de septiembre de 2019

Reseña de: "El Temor de un hombre sabio" (Patrick Rothfuss)


El temor de un hombre sabio

¡Contiene spoilers!


Título
El temor de un hombre sabio
Autor
Patrick Rothfuss
Título original
The wise man’s fear. The kingkiller chronicle: day two
ISBN
978-84-9989-961-9 (vol. 827/3)
Edición leída
Barcelona: Random House Mondadori, 2014. Traducción de Gemma Rovira Ortega.
Número de páginas
1190 pàginas
Fecha de finalización
11/09/2019

Trama:

El temor de un hombre sabio” es el segundo libro de la Crónica del Asesino de Reyes, de Patrick Routhfuss, una trilogía de fantasía. Tras los acontecimientos de “El nombre del viento” (la primera parte de la saga), seguimos la crónica de Kvothe, un tabernero que, ante la llegada de un escribano (al que conocemos como Cronista), relata la historia de su vida que, a todas luces, se ve apasionante. La historia se divide en dos tiempos diferenciados: el presente, dónde Kvothe explica su historia y el pasado, que es la Crónica que Cronista está escuchando.

En esta segunda parte, Kvothe sigue sus quehaceres en la Universidad, dónde está estudiando con cierto nombre entre la gente que allí está. Sin embargo, su relación con Ambrose Anso no va nada bien, a parte que se odian desde el primer día en el que se vieron, se hacen putadas mutuamente; hasta tal punto que Kvothe entra en la habitación de Ambrose a buscar un anillo que Ambrose robó a Denna, la chica de la que Kvothe está enamorado perdidamente. Ante ello, y tras quedar herido, Kvothe comienza a preocuparse por todo lo que hace Ambrose, o lo que parece hacer: ha sido envenenado, alguien le está haciendo magia oscura, etc. Ante ello, ha de crear un objeto para que las maldiciones no le afecten a su día a día; además, el maestro Kilvin, el jefe de la Factoría de la Universidad, le encarga que crea un objeto capaz de venderse, debido a la posición que Kvothe adquirió en el primer libro. Sin embargo, tras un juicio por acusaciones de Ambrose que acontecieron en la primera parte de la historia, Kvothe debe marcharse de la Universidad durante un tiempo para que se calmaran las cosas.

Tras seguir el consejo de un noble de confianza, Kvothe marcha a Severen, a conocer al maer, el noble más rico de todo el reino, con tal de ser un protegido del maer. Al llegar allí, Kvothe destaca en sobremanera en Severen, cura al maer de un envenenamiento, le ayuda a enamorar a la heredera de un linaje todo con tal de ser su protegido. Sin embargo, cuando la heredera ya está prendada del maer, este le manda a buscar a un grupo de bandidos que está asaltando los caminos y, junto a tres mercenarios más contratados por el maer (uno de ellos es Tempi, un mercenario adem), marcha a buscarlos. Usando sus conocimientos de la Universidad, junto a la ayuda del viento, Kvothe logra vencer a los bandidos.

Seguidamente, el grupo se encuentra a Felurian, una fata de las antiguas leyendas que, según cuentan, es capaz de hacer enloquecer a cualquier hombre, seducirlo y matarlo. Kvothe cae rendido ante ella, hacen el amor en el bosque y, Felurian, se lo lleva al mundo de los Fata, donde Kvothe no tiene sentido del tiempo. Allí retozan muchas veces, y Felurian le enseña a ser mejor amante. Sin embargo, Kvothe sabe qué ocurriría si se queda en el mundo de los Fata y, tras ver el nombre auténtico de Felurian, usa sus dotes de Edena Ruh para que Felurian le libere sano y salvo, con la promesa de ser mejor amante, crear una canción sobre ella que debía extenderse por todo el mundo y, con el tiempo, volver con Felurian.

Sin embargo, mientras Felurian le preparada un shaed a Kvothe, él pasea por el mundo de los Fata y tiene un encuentro con el Chaeth, un árbol que lo sabe todo y ve el futuro. Parece incitar a Kvothe a hacer algo y, cuadno Kvothe se lo cuenta a Felurian, ella se muestra muy preocupada por todo ello.
Al marchar del mundo de los Fata, el muchacho va a la tierra de los adem a aprender el arte del Ketan, un estilo de lucha muy destacado con el que, sin aprenderlo del todo, puede luchar y defenderse. Además, los adem le dan una espada, con la condición que a su muerte debe ser devuelta a los adem.

Con la intención de volver a Severen, Kvothe se encuentra a un grupo de falsos Edena Ruh, que han secuestrado a dos muchachas y, rabioso por hacerse pasar por gente de su familia, Kvothe los mata, libera a las muchachas, y las lleva a su hogar. Ampliando así su figura, sin pretenderlo.

A la vuelta a Severen, el maer se ha casado y, cuando el maer y su mujer le presentan una misteriosa caja que tiene ella, Kvothe intenta resolver el misterio, sin saber bien qué significaba. Sin embargo, cuando se revela como Edena Ruh ante la mujer del maer, ella le trata como algo inferior a un ser humano y, ante el dilema, el maer ordena a Kvothe que abandone Severen, con la condición de que pueda ir libremente por sus dominios como músico y que carguen a su cuenta el dinero de la matrícula que le impongan en la Universidad.

Al volver a la Universidad, la fama de Kvothe va creciendo, la gente comienza a hablar de él, pensando que él es el muchacho que se liberó de Felurian, que era la reencarnación de Taborlín el Grande, que liberó a las muchachas de un puelo, etc. Con la llegada de Denna, y su casi beso, Kvothe comienza a controlar algo más al viento y, en ese punto, deja de contar su historia por ese día.

Entremedias, el ayudante de Kvothe en la posada, Bast (un fata), ha contratado a un grupo de soldados para amedentrar a Kvothe, que le dan una paliza. Además, Kvothe recibe un objeto por la noche, que indica que su muerte está cercana.

Y con estas acaba el segundo libro…

Valoración personal:

Podría dividir el libro en varias partes distintas: El presente, la Universidad, Severen, Felurian, Adem y la vuelta.

La parte del presente es interesante, pero no deja de ser la guinda de todo lo que ha pasado, según la historia que cuenta Kvothe. En ese tiempo no tiene la espada, Kvothe no lucha, no usa el nombre del viento, por tanto he tenido la sensación que toda la historia es una mentira, o que ha perdido sus habilidades mágicas. Puede que no sea así ya que, como él dice, no quiere luchar más. Pero lo encuentro muy raro. En algún momento he pensado que Ambrose era el rey al que mataría Kvothe en el tercer libro (“Las puertas de piedra”), y que Denna tendría algo que ver. Pero poco más se puede sacar de esa parte del libro.

La parte de la Universidad se me ha hecho algo aburrida. La monotonía de Kvothe durante esa parte del libro se me ha hecho pesada y, hasta que comienza a sufrir el envenenamiento y, la posterior, maldición, se me hizo muy pesado. Me sorprendió mucho el cambio que hace Kvothe y la habilidad que adquiere en esa parte que es lo que acabará influenciando en las partes posteriores, preparándole para lo que vendría.

En Severen, está el cambio de paradigma e, incluso, de ambiente. De ser un estudiante pobre, de ver como alguien tan paria como Kvothe (que había sido mendigo durante años), a verse rodeado de nobles, a tratar casi con la realeza y a tocar para ellos. Se desarrolla una trama que me ha gustado mucho, aunque el maer me ha parecido algo gordo. Aquí incluyo la trama de Kvothe con los mercenarios en busca de los bandidos. El “over-powered” que crea para derrotarlos lo he visto como un subidón muy entretenido.

Acto seguido viene el que ha sido la parte más buena, en mi opinión de todo el libro, y es lo que implica a Felurian y el cambio que Kvothe hace. No he podido evitar maravillarme en esos capítulos, por el mismo personaje misterioso, sensual, enigmático, mágico y maravilloso. Felurian representa una dualidad especial en toda la historia de Kvothe, y me ha encantado. Al ver su descripción, casi perfecta, me ha gustado mucho y, además, la forma en la que el protagonista se libra de Felurian, con la intención de aumentar su fama, ha sido un puntazo muy bueno.

El trozo de adem, sin embargo, se me ha hecho algo pesado. Será porque al volver a su mundo, Kvothe se desvía del camino de Severen con la intención de defenderse de los adem, al que consideran impuro para aprender el Ketan. Aquí ha sido cuando he comenzado a darme cuenta que todo lo que Kvothe explica no puede ser más que una mentira para aumentar su fama. ¿Será un farsante? En la tercera parte se verá.

La vuelta la he encontrado más rápida que el resto del libro. Todo muy apresurado para llegar al punto que debe terminar la historia para dejarlo todo a punto del tercer libro. La marcha de Kvothe de Severen, la reacción del maer, la vuelta a la Universidad, y las tropelías de Kvothe para aumentar su fama. Aún así, ha estado bien y, por encima de todo, destaco el capítulo en el que Kvothe y Denna se reencuentran, y pasan el día juntos.

En definitiva, “El temor de un hombre sabio” me ha gustado mucho. Aunque al principio me ha costado por la monotonía de la parte de la Universidad, el resto ha sido un no parar. En un mes me he leído casi todo el libro. Estoy expectante a leer la tercera parte.